cuanta fuerza puede llegar a tener
un par de palabras,
sólo tres sílabas
son el gatillo perfecto
para disparar todo un arsenal
de emociones que
la tinta no alcanzaría
a plasmar,
una lluvia de emociones
que más allá de asustarme
me invitan a seguir,
a sentir;
sólo cinco comunes
y aparentemente inofensivas letras
que llegaron a tocar
el lugar preciso
para darme cuenta
que todavía puedo suspirar,
latir,
sonreír,
soñar,
sentir,
amar...
...vivir...
Adriana
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